¿Puedes creer todo lo que ves? Vivimos en una era en la que “ver para creer” ha perdido su sentido. Con los deepfakes «videos manipulados por inteligencia artificial que pueden hacer que cualquier persona parezca decir o hacer cosas que nunca ocurrieron» estamos presenciando una transformación profunda en la manera en que entendemos y confiamos en la información. La facilidad con la que se puede alterar la realidad digitalmente ha desatado un debate en torno a la credibilidad y los límites de la tecnología. ¿Cómo podemos distinguir entre lo real y lo falso en un mundo saturado de imágenes engañosas?
El Impacto de los Deepfakes en la Cultura de la Desinformación.
La cultura de la desinformación no es un fenómeno nuevo. Durante siglos, rumores y noticias falsas han moldeado percepciones y han influido en decisiones importantes, pero con los deepfakes, las consecuencias parecen haber alcanzado un nuevo nivel. Un deepfake bien elaborado puede transformar radicalmente el contexto de un evento o cambiar la percepción pública de una figura conocida en cuestión de minutos, y esto ha convertido a esta tecnología en un arma poderosa en manos equivocadas.
Lo alarmante es que, debido al uso cada vez más avanzado de algoritmos y redes neuronales, distinguir un deepfake de un video real puede ser prácticamente imposible para el ojo humano. Según un estudio del MIT Technology Review, los videos de deepfakes han aumentado exponencialmente desde 2019, una tendencia que preocupa a expertos y ciudadanos por igual.
Manipulación de la Opinión Pública y Polarización Social.
El uso de deepfakes para manipular la opinión pública no solo crea confusión, sino que contribuye a la polarización social. En campañas políticas, un deepfake puede hacer que un candidato diga algo escandaloso o incluso ilegal, afectando su imagen ante millones de votantes. Un ejemplo reciente fue el supuesto video del político sudamericano diciendo comentarios despectivos en plena campaña electoral. Aunque se descubrió que era falso, el daño ya estaba hecho: la desconfianza y la indignación polarizaron a sus seguidores y detractores.
Las plataformas de redes sociales, con su capacidad de viralizar contenido en segundos, actúan como catalizadores de esta desinformación, amplificando el alcance y el impacto de cada deepfake. En este contexto, los deepfakes no solo desinforman, sino que también erosionan la confianza en los medios y en las figuras públicas, una situación que aprovechan las campañas de desinformación para sembrar dudas y fomentar el conflicto.
El Rol de la Cultura Pop y el Entretenimiento.
Los deepfakes han encontrado un lugar intrigante en la cultura pop y el entretenimiento, con famosos recreados digitalmente o “regresando de la tumba” a algunos actores en franquicias de la pantalla grande como Star Wars, o Rápidos y Furiosos. Si bien el entretenimiento ha experimentado con deepfakes de manera creativa y controlada, su influencia en la percepción del público es indudable. Un video de una celebridad o figura histórica recreada digitalmente para realizar actos fuera de su carácter puede llevar a la audiencia a cuestionarse: ¿Cuándo esta tecnología es solo entretenimiento y cuándo se convierte en desinformación?
La cultura de internet ha sido testiga de primera mano de las capacidades de estas tecnologías. Múltiples usuarios utilizan las herramientas para crear contenido de interés y muy divertido en algunas ocasiones. Sin embargo, basta observar la reacción de la gente para darnos cuenta que más de una ocasión nos encontratemos con usuarios preguntándose: ¿Es este video real? Los deepfakes en la cultura pop no solo expanden los límites de lo que se considera entretenimiento, sino que también contribuyen a una cultura en la que las apariencias engañosas se normalizan, lo cual erosiona la credibilidad en la información audiovisual.
See this video of Tom Cruise?
— Mckay Wrigley (@mckaywrigley) February 25, 2021
Well, it’s not Tom Cruise.
It’s AI generated synthetic media that portrays Tom Cruise onto a TikTok user using Deepfakes.
Seeing is no longer believing. pic.twitter.com/CRix0hD9OH
El Desafío de la Verificación en los Medios y las Plataformas Digitales.
Los medios de comunicación y las plataformas digitales enfrentan ahora el reto de verificar la autenticidad de los contenidos que difunden. Grandes compañías tecnológicas han comenzado a invertir en sistemas de detección de deepfakes basados en inteligencia artificial, pero el desarrollo de contramedidas nunca parece ir al mismo ritmo que el de las tecnologías de falsificación. Para el usuario promedio, discernir la autenticidad de un video sigue siendo una tarea casi imposible sin herramientas especializadas.
A medida que las fake news y los deepfakes se propagan, los medios tradicionales y las plataformas digitales deben adaptar sus estrategias para educar a los usuarios sobre el riesgo de la desinformación audiovisual. Iniciativas de verificación de hechos y alianzas con empresas de ciberseguridad están en marcha, pero queda mucho por hacer para frenar la creciente desconfianza hacia los contenidos digitales. Como espectadores, este desafío nos invita a repensar nuestra relación con las plataformas en las que confiamos para informarnos y nos obliga a adoptar una mentalidad más crítica.
El Futuro: ¿Podemos Confiar en Algo?
Mientras la tecnología de los deepfakes continúa perfeccionándose, la pregunta es: ¿cómo protegeremos la credibilidad de la información en el futuro? Algunas iniciativas, como la implementación de “marcas de agua” digitales y tecnologías de blockchain para verificar la autenticidad de los videos, prometen soluciones. Sin embargo, los expertos advierten que ninguna medida será completamente infalible, y que será necesario educar al público en el consumo crítico de contenidos.
Desde gobiernos hasta empresas tecnológicas, existe un llamado urgente a desarrollar políticas y normativas que regulen el uso de estas tecnologías, especialmente en contextos donde el daño potencial es alto, como la política y los medios de comunicación. La alfabetización mediática parece ser uno de los pilares fundamentales en este escenario incierto, enseñando a las personas a cuestionar y analizar las fuentes de la información, en lugar de aceptar ciegamente lo que ven en pantalla.
Conclusión.
En un mundo donde cada vez es más fácil alterar la realidad, los deepfakes plantean una amenaza real para la credibilidad de la información. La próxima vez que veas un video impactante en tus redes sociales, quizás te preguntes si realmente ocurrió. Mientras tanto, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de abordar los contenidos con un espíritu crítico y cuestionar lo que creemos saber. ¿Hasta qué punto podemos confiar en lo que vemos? En la era de los deepfakes, aprender a navegar entre la realidad y la ficción podría ser una de las habilidades más valiosas que podamos desarrollar.
Fuentes:
- MIT Technology Review, “The rise of deepfakes and what they mean for the future of information”
- Documental: The Great Hack sobre el uso de datos y manipulación en medios digitales.
- Brown, D., “Fake News y la era de la desinformación”, Revista Tecnológica, 2021.
- Marwick, A. & Lewis, R. “Media Manipulation and Disinformation Online”, Data & Society Research Institute, 2017.