Reseña de Silo. La Verdad te Hará Libre, Pero Primero te Ahogará.

Hay series que te lanzan a la acción desde el primer minuto y otras que, como un buen guiso, se toman su tiempo para que cada ingrediente suelte su sabor. Silo, la apuesta de ciencia ficción de Apple TV+, pertenece sin duda al segundo grupo. Desde que empecé a verla, sentí que la serie me pedía algo más que atención: me pedía paciencia. Es un thriller cocinado a fuego muy lento, una olla a presión donde la tensión se acumula de forma casi insoportable.

Mi conflicto con ella fue constante. Por un lado, me encontraba fascinado por su construcción de mundo y su capacidad para generar suspenso a partir de los detalles más pequeños. Por otro, no podía evitar preguntarme si las respuestas que prometía estarían a la altura de tan deliberada espera. Ahora, tras haber culminado las 2 temporadas disponibles en el catálogo de AppleTv Plus, creo que entiendo el punto: Silo utiliza su ritmo pausado no como un defecto, sino como su principal herramienta para explorar una idea aterradora: que la verdad puede ser tan peligrosa como la más elaborada de las mentiras.

 

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Rebecca Ferguson en Silo. 2025

 

UN MUNDO TAN REAL QUE AHOGA

Lo primero que te atrapa de Silo es, precisamente, el silo. La dirección de arte y el diseño de producción son, sin exagerar, los verdaderos protagonistas durante gran parte de la serie. La gigantesca estructura subterránea, con su escalera de caracol interminable y sus niveles diferenciados por función y clase, se siente tangible, funcional y, sobre todo, opresiva a pesar de sus gigantescas dimensiones. No es solo un escenario; es un personaje que respira y que impone sus reglas a todos los que viven dentro.

La serie logra transmitir una sensación de claustrofobia física y psicológica. Cada encuadre, cada pasillo estrecho y cada apartamento abarrotado refuerza la idea de que este es un mundo cerrado, sin horizonte. Esta atmósfera es fundamental, porque hace que entiendas a la perfección por qué la mayoría de sus habitantes prefiere no hacer preguntas. Cuando el único mundo que conoces es una prisión bien ordenada, la idea de un “afuera” es más un concepto terrorífico que una esperanza.

Aquí es donde la serie juega su carta más arriesgada. La trama avanza con una lentitud calculada, dosificando las revelaciones con cuentagotas. Al principio, esto puede resultar algo frustrante. Te presentan un misterio fascinante —por qué está prohibido hablar del pasado, qué hay realmente en el exterior— y luego parecen dedicarse a todo menos a resolverlo. Sin embargo, a medida que avanzan los episodios, me di cuenta de que esa lentitud era el punto.

Silo. 2025. AppleTV

 

Silo no es tanto un thriller sobre “qué pasó”, sino sobre “por qué es tan importante que nadie sepa qué pasó”. La investigación que emprende la protagonista, Juliette Nichols (Rebecca Ferguson), se presenta menos como una aventura heroica y más como un acto de transgresión. Cada pregunta que hace es una piedra que golpea los cimientos de su sociedad. La serie te obliga, como espectador, a cuestionar el valor de la verdad. ¿Es mejor vivir en una mentira segura que enfrentarse a una verdad que podría destruirlo todo? El ritmo pausado te da el tiempo necesario para sentarte con esa pregunta, para sentir el peso de la conformidad y el peligro de la duda.

Una historia tan centrada en las ideas necesita un ancla humana, y la encuentra en Juliette Nichols. La interpretación de Rebecca Ferguson es sólida y contenida, perfecta para un personaje que no es una revolucionaria por ideología, sino por pura terquedad. Es una ingeniera, una mujer práctica acostumbrada a arreglar cosas que no funcionan, y aplica esa misma lógica al sistema que la rodea. No busca derrocar el poder, solo quiere respuestas.

Su viaje es el hilo conductor que nos permite explorar las distintas capas del silo y las diferentes posturas de sus habitantes, desde los que defienden el orden a toda costa, como el Bernard de Tim Robbins, hasta los que ya han sido rotos por la curiosidad. Aunque algunos personajes secundarios se sienten un poco desdibujados, la fuerza del viaje de Juliette es suficiente para cargar con el peso narrativo de la temporada.

 

 

Entonces, ¿Están las respuestas finales a la altura de la construcción del misterio? Sí y no. El final de la segunda temporada ofrece revelaciones importantes que recontextualizan todo lo que hemos visto, y lo hace con un impacto visual y emocional muy destacable. Sin embargo, como es de esperar en una serie moderna, también abre muchas más preguntas de las que cierra.

Es una serie que respeta a su audiencia, que confía en que la atmósfera y las preguntas filosóficas son tan interesantes como los giros de guion. Su mayor triunfo no está en las respuestas que da, sino en la manera en que te hace partícipe de la paranoia y el anhelo de sus personajes.

Si buscas una historia de ciencia ficción que te atrape con su mundo, te mantenga en vilo con un suspenso bien manejado y te deje reflexionando sobre el control y la libertad, Silo es una de las propuestas más interesantes en el catálogo de la empresa de la manzana.

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